Por otro lado (aún más fuerte) está mi padre. Le guardo profunda admiración desde niño, si a alguien le debo este arte es a él pues siempre me dijo que siguiera mis sueños, que haga lo que a mi me guste, que sea el dueño de mi propio destino y que, sea lo que sea, lo haga con pasión. Desde niño supo inculcar en mi todo tipo de arte (música, pintura, cine, historia, etc.) sin dejar de lado actitudes muy fuertes como el orden y responsabilidad.

Y bueno, heme aquí tratando de llenarle el pecho de orgullo a mi viejo pero ahora con dos razones más fuertes: mi esposa y mis hijos, Magi, Gael y Alana.
Cada imagen que vean en mi web estuvo primero en mi cabeza, y así decidí hacerla. Ninguna pareja me ha parametrado o me ha dicho qué es lo que debo hacer. Esto se trata de confianza.

Quizás lo que les diré ya lo han notado antes o talvez lo hagan ahora: las fotos de boda son lo único que les queda por la eternidad, son un legado visual para su familia. Ten presente lo siguiente: Tus recuerdos no tienen fecha de caducidad.

Magi llegó a mi vida en el momento preciso. Lo digo en serio, no por querer venderte mi chamba, la decisión siempre será de ustedes. Incluso lo digo en cada taller que dicto a fotógrafos: hay un antes y un después en mi fotografía. Ese cambio lo marcó Magi, y remarcó aún mas Gael y Alana. Desde que ella llegó me he sentido inspirado, por eso me propongo a mejorar cada vez más en las cosas que hago y a hacer lo que de verdad me gusta sin presiones ni nada, es por ello que mi estilo de foto es muy personal.